Examen Físico.

Apariencia. Esto se refiere al grado de turbidez que presenta la muestra. Normalmente la orina es clara pero se puede ver turbia debido a la presencia de cristales, células, grandes cantidades de proteínas (proteinuria) o lípidos (lipiduria). Si se ve espuma en la superficie indicará una proteinuria importante.
Color. El color normal va desde cristalino hasta amarillento oscuro y depende de la concentración de la orina.
Densidad específica. Refleja la capacidad del riñón de concentrar o diluir la orina. Ese valor compara la densidad de la orina a la densidad del agua destilada a igual temperatura y se mide con un refractómetro o una tira reactiva. Tiene un valor normal entre 1.001 y 1.035.
Examen Químico.
Se realiza generalmente mediante tiras reactivas. Se trata de unas tiras de plástico que disponen de varias almohaditas que contienen unos químicos que, al entrar en contacto con la orina, producen unas reacciones químicas que resultan en el cambio del color. Una desventaja de ellas es que puede haber falsos positivos y negativos debido a otras sustancias contenidas en la orina.
pH. El pH urinario de individuos normales tiene un rango de 4.5 a 8.0, pero en muestras matinales es levemente ácido, con pH de 5.0 a 6.0. Estos valores deben ser interpretados en relación a la información clínica obtenida del paciente, pues el pH puede variar según su estado ácido-básico sanguíneo, la función renal, la presencia de infección urinaria, el tipo de dieta o drogas consumidas, y el tiempo de obtenida la muestra.
Nitritos. Los nitratos presentes en la orina son convertidos a nitritos por la reducción enzimática de bacterias, especialmente Gram (-). Los nitritos, que normalmente no se encuentran en la orina, son detectados por la cinta reactiva, sugiriendo así una probable infección urinaria. La reacción positiva a nitritos debe ser siempre confirmada con urocultivo, pues tiene falsos (+) y (-).
Glucosa. Normalmente el riñón reabsorba el 99.9% de la glucosa que se filtra en el glomérulo. En el caso de que la concentración de glucosa en sangre supera los 160 a 180 mg/dl el riñón ya no es capaz de reabsorber toda la glucosa sino una parte se excreta con la orina. (Los valores normales de glucosa en sangre en ayuno oscilan entre 70 y 100 mg/dl.)
Cetonas. Su presencia en orina refleja una alteración en el uso de hidratos de carbono como principal fuente energética, requiriéndose para ello de la utilización de grasas corporales. Las principales causas de cetonuria se relacionan a cuadros con incapacidad para metabolizar (diabetes mellitus), pérdidas aumentadas (vómitos), o inadecuado consumo de carbohidratos (desnutrición, reducción de peso). La causa más frecuente del hallazgo de escasa cantidad de cuerpos cetónicos en la orina, es el ayuno. De los tres compuestos cetónicos presentes en la orina (hidroxibutirato 78%, ácido acetoacético 20% y acetona 2%), sólo el ácido acetoacético es adecuadamente detectado por la cinta reactiva.
Proteínas. Aunque en la orina siempre hay pequeñas cantidades de proteínas (segregadas por el túbulo o filtradas en el glomérulo), una proteinuria significativa indica la presencia de alguna patología renal. Excepciones son las proteinurias originadas por la fiebre, deshidratación o ejercicio físico excesivo, y también la proteinuria ortostática. Las tiras son sensibles a la albúmina pero no a las globulinas ni la hemoglobina. Para detectar estas se debe hacer la prueba de precipitación con el ácido sulfasalicílico. El grado de turbidez de la solución obtenida determina la cantidad de proteínas que contiene.
Bilirrubina. La bilirrubina que se detecta en la orina es la conjugada, y puede ser el primer indicador de una enfermedad hepática no detectada. La exposición a la luz puede degradar esta substancia y hacerla indetectable.
Urobilinógeno. Es un pigmento biliar producto de la degradación de la bilirrubina conjugada en el intestino, y le da la coloración a las heces en forma de urobilina. Es normal que se encuentre en bajas cantidades en la orina (< 1 mg/dl). Puede estar aumentado en enfermedades hepáticas y hemolíticas. Su ausencia en orina puede verse en cuadros colestásicos.
Leucocitos. Pocas cantidades de leucocitos en una muestra de orina no son patológicas, especialmente en las mujeres donde a veces se trata de contaminación vaginal. Cantidades signifiativas pueden indicar una infección del tracto urinario o estructuras vecinas.
Sangre. Se detecta la hemoglobina mediante la actividad peroxidásica del grupo hem; por eso el test no distingue entre hemoglobinuria, mioglobinuria y hematuria (=eritrocitos en la orina) por lo que se precisan otras pruebas en el caso de que la tira dé un resultado positivo.
Urobilinógeno. Es un pigmento biliar producto de la degradación de la bilirrubina conjugada en el intestino, y le da la coloración a las heces en forma de urobilina. Es normal que se encuentre en bajas cantidades en la orina (< 1 mg/dl). Puede estar aumentado en enfermedades hepáticas y hemolíticas. Su ausencia en orina puede verse en cuadros colestásicos.
Leucocitos. Pocas cantidades de leucocitos en una muestra de orina no son patológicas, especialmente en las mujeres donde a veces se trata de contaminación vaginal. Cantidades signifiativas pueden indicar una infección del tracto urinario o estructuras vecinas.
Sangre. Se detecta la hemoglobina mediante la actividad peroxidásica del grupo hem; por eso el test no distingue entre hemoglobinuria, mioglobinuria y hematuria (=eritrocitos en la orina) por lo que se precisan otras pruebas en el caso de que la tira dé un resultado positivo.

